Reto: FutureMe
Hace algunos meses, me dieron una idea sobre FutureMe*. Ya había hecho algo parecido con un vídeo, cuando terminé la escuela, pero ponerlo por escrito me parece más natural, creo yo. Así que este es mi nuevo reto: le escribiré a mi yo de 25 años y me comprometo a leerlo cuando cumpla esa edad. Veamos cómo me va.
*FutureMe se trata de escribirle a tu yo del futuro. La idea es que le hables a tu yo dentro de unos cuatro o cinco años (aunque puedes elegir tu futuro yo dentro de más años, si quieres). La idea era mandar tu carta a través de un servicio postal, para asegurarte de que leas tu carta de todas maneras, pero, con la tecnología de hoy, ya no necesitas que un trozo de papel te lo recuerde. El objetivo es que escribas sobre las expectativas que tienes sobre tu yo futuro y que, de esta forma, se establezca un compromiso entre tus metas y tú, y ya no veas a tu yo futuro como un desconocido, sino como alguien a quien deberías aspirar a ser.
Domingo, 24 de diciembre de 2017
Querida
Futuro yo de 25 años:
¿Cómo
estás? Espero que más personas te hayan hecho esta pregunta más veces durante
el día. Si no es así, pues, no te preocupes: alguien lo hará pronto. Ese
alguien puede que sea real…o no.
Me pregunto si te acordarás de que escribiste
esta carta. Me pregunto, ahora mismo, cómo vestirás, dónde vivirás, si seguirás
escuchando música rock. Me pregunto cuántas veces has sonreído y cuántas veces
habrás llorado. Me pregunto si aún compartimos los mismos sueños.
¿Qué hay de tu novela? No espero que hayas
publicado algo ya, porque, si te soy honesta, es muy pronto todavía. Me parece
que uno como escritora es consciente del valor de los años y su experiencia, y
los veinticinco todavía no es la edad. ¿Cuántos cambios habrán ocurrido ya en
nuestra novela? ¿Cuántos personajes nuevos se habrán enfrascado en esta
aventura? Y por supuesto, ¿qué hay de nuestro villano? Porque ya sabes: sin
villano no hay historia. Pero confío que eres consciente de eso y que, a estas
alturas, debes estar imaginando que esta carta pudo ser mejor redactada por ti
que por mí. Me pregunto… ¿cuántas novelas (sin publicar) ya habrás escrito ya?
Yo llevo dos por el momento, así que calculando… tú ya deberías haber redactado
unas siete, porque se supone que llevas escribiendo una novela por año,
¿verdad? Aunque, con que hayas escrito cinco y que ya estés preparando el
borrador para nuestra novela debut me parece genial. Porque, por desgracia, hay
otras responsabilidades.
¿Ya tienes trabajo? Yo espero que sí. Aquí estoy
yo, a punto de terminar el ciclo regular del inglés para que pueda ser
profesora y pagarme la universidad y la inicial de la casa… ¿lo conseguimos? ¿O
encontramos otra forma? Yo realmente rezo porque para este instante, tengas un
trabajo, pero, quiero decir, un buen trabajo. No estoy segura si ya has
terminado la universidad (porque, yo sé, el tiempo), pero sino, lo harás
pronto. Aún estamos jóvenes, ¿sabes?
¡Ya quiero saber cuántas nuevas experiencias ya
has gozado! Quiero imaginarme que ya has viajado por lo menos a un país (por
favor, que sea a UK, a USA, o a cualquier otra parte), si terminaste nuestra
lista de libros por leer (claro, me refiero a la lista que tengo yo ahora,
porque la tuya debe ser mucho más grande), si ya fuiste a Kuelap o a un lugar
parecido para hacer deportes extremos… A propósito, ¿cuántos amigos tienes
ahora? ¿Reales y no reales? Oh, por dios, puede que hasta incluso ya tengas
novio y yo estoy aquí, quejándome de todo… En fin, no importa. No importa
cuánta gente esté a tu alrededor: nunca pierdas la riqueza interior que posees,
querida Futuro yo. Tal vez, podríamos haber sido más sociables en el pasado,
pero me he dado cuenta (y tú te has dado cuenta) que la soledad tiene una
relatividad en su valor, dependiendo de cómo la utilizamos.
Tengo una idea positiva sobre ti. Me imagino que
ya no cometes los errores que yo cometo ahora, y que eres mejor persona de lo
que soy yo en este momento. Confío que ya has madurado más, que ya no te
encierras en un mundo restringido pero que, al mismo tiempo, valoras el
silencio tanto como yo. Confío en que mis metas están haciéndose poco a poco en
tus manos. Confío en que nuestras limitaciones nos han enseñado bastante como
para usarlas como fortalezas. Confío en que Dios nos ha enriquecido bastante.
También sé que, tal vez, hayas caído más veces, pero, como en la mayoría de
ocasiones, ya estás de pie otra vez.
De acuerdo, aquí entrenos, tú eres quien tiene
más experiencia, pero aun así, te escribo esto para que lo tengas presente.
Recuerda que, aunque suena feo, hay que ser cuidadosos en quien confiamos, porque,
por desgracia, no todos los que nos rodean siempre serán buenas personas. Habrá
envidia y aprovechamiento, pero ambas somos fuertes. Somos valientes (tú un
poco más que yo, puesto que me he planteado en reducir mis miedos y tú seguirás
con esa misión) y sabemos que, aun cuando todo se vaya al diablo, siempre hay
una salida. Solo hay que preguntarnos…en dónde está.
Querida Futuro yo: espero que, desde donde estés,
puedas seguir luchando por nuestras metas. Espero que Dios nos de la vida, la
fuerza y las personas adecuadas para poder cumplir nuestros sueños. Lucha por
mí. Lucha por nuestra familia, por nuestros amigos reales y no, por nuestro
país a que le falta la sed de los libros para ser una sociedad mejor. Lucha por
este mundo para que haya más razones para merecer seguir aquí. Sé que hay tanto
sufrimiento, tantas guerras y escasez (¿habrán desaparecido el hielo en los
polos?), pero aún cuando los tiempos difíciles amenacen con quitarnos las
oportunidades, y esto léelo bien, NUNCA nos detendremos. Aunque nos digan
muchas cosas desagradables sobre nosotras, aunque nos pasen desgracias, jamás podrán apagar la llama de nuestra pasión
y nuestra fe.
Así que, sigue adelante, pequeña guerrera. Esto,
es solo el principio.
Con mucho amor y bendiciones,
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